Córdoba le sienta bien

Gimnasia y Vélez atraviesan realidades distintas en el torneo doméstico. Pero pese a las diferencias, ambos cañones apuntaban interesados al partido que se iba a disputar-y se disputó hoy en la provincia de Córdoba. Por octavos de final de la Copa Argentina midieron fuerzas en el estadio de Instituto-escenario en el cual Vélez se había impuesto en la fase anterior por tres tantos contra cero ante Acassuso.

Por un lado, Gimnasia llegó a la tarde de hoy golpeado tras una derrota en casa ante Boca. Es cierto, cuando el equipo de Pedro Troglio andaba por el torneo tambaleando y con la soga al cuello, el equipo supo sacar a flote una gran personalidad hilvanando una serie de triunfos impresionante.

Vélez, a su vez, le había ganado a Defensa y Justicia cortando una racha de siete partidos sin victoria. Además el sábado volvió a la titularidad Cubero y también se hizo presente en el Presidente Perón, dándole un aire de seguridad al equipo.

La primera parte estuvo signada por un juego brusco y áspero. Repartieron de ambos lados. Iván Bella alquiló las piernas de Facundo Oreja y fueron al menos tres las infracciones que el de Vélez le cometió a su rival. El nerviosismo propio de un partido definitorio se hizo notar y por eso el juego brilló por su ausencia. Nada para destacar de aquella primera etapa olvidable. Quizás solo una llegada aislada del conjunto de Liniers. La conectó Emiliano Amor tras un centro fallido y la tiró por arriba.

En el segundo tiempo, el Lobo salió a mostrar los colmillos y apretó el acelerador. Arrinconó a Vélez y parecía que se iba a llevar el partido. Pero a diez del final Milton Caraglio entró como un torbellino al área y se anticipó a Nicolás Navarro que lo bajó y vio la correspondiente tarjeta amarilla. Arquero a un lado, pelota al otro y uno a cero para Vélez. En contra de lo que se esperaba, los últimos minutos pasaron sin zozobra y salvo algún que otro esbozo mínimo de Gimnasia, Miguel Ángel Russo no pasó sobresaltos.

El Fortín enfrentará a Lanús en cuartos de final. Y con un aliciente: es la primera vez que llega a esa instancia.