Es tiempo de despertar, Chacarita

El análisis de Actualidad Deportiva acerca del presente del conjunto funebrero, un histórico de nuestro fútbol, por nuestro corresponsal de ascenso.

El fútbol a veces es injusto. O quizás no, para algunos. Si la pelota pasa a centímetros del arco, si pega en el palo y recorre la línea para después salir, serán cosas del juego. Pero no por eso debemos obviar la situación de Chacarita Juniors. Club que ha sabido codearse entre los grandes y después caer. Que supo levantarse para luego caer de nuevo. Hoy, el panorama no es el mejor. Es cierto: en 2012, cuando Monllor le tapó el penal a Toledo, negándole el Ascenso a la B Nacional y condenándolo a jugar otro año en la tercer categoría del fútbol argentino, la situación era peor. Pero como duele igual.

De cara a esta temporada, digamos hace 22 fechas, el elenco dirigido por Aníbal Biggeri apuntaba a volver al estrellato, a volver a competir con la elite. Después de 11 fechas, el equipo de San Martín tenía cosechados 18 puntos sobre 33 posibles. No era un número alto pero el nivel de juego invitaba a soñar. Lo que fuera de San Martín no se conseguía, si se obtenía en casa. Los elogios para Manso, Milla, Fernández y Aliendro por parte de propios y ajenos, era moneda corriente. Lo era pese a las lesiones de algunas piezas claves que fueron quedando lastimosamente en el camino.

Pero si el templo sagrado no se manchaba con el tinte de la derrota, eso quedó atrás cuando el gran Santamarina de Tandil le dio, en tan solo 45 minutos, una muestra de fútbol a Taborda, Paredes y compañía.

Sería caer en facilismos decir que Chacarita no está peleando el campeonato por la gran cantidad de lesionados. Pero es cierto. Cada golpe fue más certero que el anterior y el Funebrero se encuentra en la zona roja. Aquella que ningún técnico, jugador y dirigente quisiera jamás oler. Pero ahí está. Es un gigante dormido este equipo de la Provincia de Buenos Aires. La segunda rueda está en pañales y el Tricolor todavía está a tiempo de dar un grio de 360º.

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