Anótenme en la lista
- por Matías Serlkin
- 3 jun 2015
- 2 Min. de lectura

En un torneo largo, como es el de la B Metropolitana, cualquiera tiene posibilidades. Pero para mantener las expectativas altas, es necesario aprovechar los partidos en casa y tratar de conseguir alguna proeza afuera. Atlanta no es la excepción a la regla. El siempre candidato de la categoría, le había ganado a Platense y, en casa, debía seguir de racha para no perder pisada en el campeonato.
En la noche del martes, en Villa Crespo, el Bohemio recibió a Tristán Suárez, buscando recuperarse de local, tras haber perdido de manera inesperada ante Villa San Carlos por tres tantos contra cero.
A la primera etapa, los de Sialle salieron a jugarla de manera organizada y estable. Las pequeñas sociedades como las de Quiroga y Torres o Silva y Mancinelli, sumadas a la figura de Galeano, figura y eje del equipo durante todo el partido, potenciaron al equipo.
La primera llegó a través de los pies de Silva. Pero Lugo le dijo que no a su remate. El dominio de la pelota era de Atlanta, aunque la poca profundidad de las acciones, casi que no puso en riesgo al arco del Lechero. Y Tristán Suárez también tuvo su chance, pero Barucco estuvo seguro en el mano a mano. Senegalles se tuvo que ir expulsado en el visitante producto de dos infracciones en pocos minutos. Primero, vio la amarilla por una falta a Mancinelli. Después recibió la segunda por cortar un centro con la mano. Gradualmente, el partido se iba abriendo para Atlanta.
Pocos minutos pasaron desde la expulsión y el debacle de Tristán Suárez para que el local abriese el marcador. Zurdazo excelente de Quiroga luego de un rebote, terminó en el arco defendido por Lugo. Iban disputados 38 minutos de la primera etapa. Atlanta pegó en el momento justo y se fue al descanso con una ventaja primordial.
En el complemento, los de Sialle salieron con el mismo esquema, a tratar de jugar ordenador y a no perder las líneas. Los de Monzón sufrían por el hombre de menos y cuando lograron acomodarse a la situación, otra expulsión les dio el golpe final. Zarco bajó a Galeano a los 15 y se tuvo que ir. Desde ese momento y con la moral de su rival por el suelo, Atlanta se dedicó a hacer correr el balón. Bonfigli pudo liquidarlo tres veces pero la suerte no estaba de su lado. Pese a estar ganando y tener dos hombres de más, el partido no estaba liquidado y el nerviosismo era generalizado a esa altura de la noche. Pero llegó una de las figuras para calmar las aguas. Mancinelli tomó un rebote desde afuera del área y sacó un remate que penetró en el arco rival.
A dos unidades de los escoltas quedó Atlanta que, en este momento, apunta al reducido, porque Defensores de Belgrano, todavía está lejos, a nueve puntos de distancia.
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