Hay vida más allá del fútbol
- por Federico Mariano Umana
- 18 may 2015
- 4 Min. de lectura

Decidí que era tiempo de expresarme, las que vienen son palabras que quedan plasmadas en un texto pero que serán de quien las escribe y firme abajo la nota.
En lo personal, me considero futbolero a rabiar, una persona que espera el partido de su equipo domingo a domingo, sufriendo durante 90 minutos como si no hubiera nada después, en caso de perder, o como si la vida fuera color de rosas, en caso de ganar o bien de ponerse a ver un partido que le resulte interesante en cuanto al material que se ofrece, sea este entre dos equipos de la elite europea, de nuestros torneos continentales o de nuestro ascenso.
Aun así, son de mi agrado todas las disciplinas y considero que el periodista deportivo, debe encargarse de todos los deportes que existen o, al menos, informar de manera equitativa sobre ellas, si no sería un mero periodista futbolero. Por ejemplo, esta semana hubo dos casos (más de los de siempre) que profundizaron una grieta que se viene dando hace tiempo en el fútbol, pero por esas cosas del negocio de unos pocos, una tapó a la otra en cuestión de horas. Mientras que nadie, o muy pocos (y poco tiempo), se encargaron de darle difusión a los nuevos equipos de la Liga Nacional de Básquet o de la actuación de Los Leones en su gira por Europa, previo a la liga mundial que se disputará acá y da, nada más y nada menos, que tres pasajes para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Volviendo al punto de la grieta que se profundizó, me remonto al jueves por la mañana, donde todo el ambiente periodístico del fútbol se enteraba del deceso de Emmanuel Ortega, jugador de San Martín de Burzaco, tras chocar contra una pared (que se encuentra a metros de la línea del lateral), sufrir una doble fractura de cráneo y perder lo más valioso que alguien puede tener, la vida. De manera rápida, en calle Viamonte, Luis Segura, presidente de la AFA, decidió suspender toda la actividad programada para este fin de semana. ¿Decisión acertada?
Sí, porque luego que se pierde una vida dentro del terreno de juego no puede seguir todo como si nada hubiera sucedido. Pero a su vez, no porque es posponer una solución de fondo que es la necesaria para poder continuar. Cada cancha de ascenso, tiene un peligro potencial para los de adentro y los de afuera también. Aunque, al mismo tiempo, todos en el ambiente conocemos de las limitaciones que tienen estas instituciones en lo económico y es allí donde deberíamos ver la ayuda de la máxima entidad del fútbol a nivel nacional (aporte del presupuesto para remodelaciones) para remediar estos problemas.

Varias horas después, salían a la cancha Boca Juniors y River Plate para disputar el partido válido por la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores 2015. Tras un friccionado primer tiempo con poco juego y llegadas claras, vino el descanso y devino el desastre para este deporte.
Luego de pasados los quince minutos de entretiempo, River se aprontó a salir al campo de juego por la manga y se encontró con la frutilla del postre que se viene haciendo hace tiempo en nuestro fútbol. Sea un hincha o la policía, sea gas pimienta o un preparado casero, hay algo a todos que nos quedó más que claro: la gota que rebalsó el vaso. Lo cierto que es jugadores de River fueron afectados por esto, (Gonzalo Pity Martínez, Leonardo Ponzio, Ramiro Funes Mori y Leonel Vangioni, de manera más directa) y tras una espera totalmente absurda, más allá de los 45 minutos que por reglamento se deben aguardar en un partido de la Conmebol, se decidió suspender el partido y, en el día de ayer se confirmó lo que todos esperábamos, si es que el sentido común primaba, que fue la clasificación del Club Atlético River Plate a cuartos de final y una suspensión totalmente corta al Club Atlético Boca Juniors, que encima, apeló nuevamente como si pidiera a gritos una sanción justa. Que por cierto, permitió montar toda una operación mediática, de forma tal que de Emmanuel Ortega ahora muchos se olvidaron, hablan pocos, pero hablan los que saben y conocen del tema.
Estas 48/72 horas que pasaron este fin de semana sin actividad futbolística en Argentina, tienen que abrirnos los ojos y hacernos observar en vez de ver. Necesitamos pedirles explicaciones, como espectadores, a quienes se encargan de organizar los eventos, sean Angelici, D’Onofrio, Segura o fuera cualquiera que tenga implicancia en lo que va a suceder y pueda ser responsable de todos aquellos involucrados con el hecho (futbolistas, periodistas, público, etc.). Y ojo, digo futbolístico y no deportivo porque por ejemplo ayer ascendió Instituto (Córdoba) a la Liga Nacional de Básquet de visitante y pudo festejar con su gente sin ninguna dificultad. O el festejo de Hindú ante los aplausos y el respeto de su oponente, Newman, en la final del Nacional de Clubes de Rugby el sábado por la tarde.

Ejemplos de que se puede hay, en la historia y la actualidad de nuestro deporte, no solo pasa en Europa, porque allí también a veces aparece algún que otro inadaptado (pero allá si son los menos y los más esporádicos) que tiene un solo final: la prohibición para asistir a ese tipo de eventos deportivos por una determinada cantidad de tiempo o por siempre y, no hay tu tía, sino que se cumple a rajatabla. Espero, que podamos reflexionar como público futbolero y todos, desde el lugar de cada uno, llamemos a un consenso que nos permita lograr nuestro objetivo. Mientras tanto, vayamos a ver otros deportes que nos han dado muchas más alegrías a nivel selecciones (representándonos ante el mundo) que el fútbol en los últimos 20 años, porque si, hay vida más allá del fútbol.
Federico Mariano Umana.
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